El Tribunal Supremo español inhabilita al presidente catalán Quim Torra por una pancarta sobre la libertad de expresión

El Tribunal Supremo español inhabilita al presidente catalán Quim Torra por una pancarta sobre la libertad de expresión El  caso  es  un abuso de  la  jurisdicción de  la  Junta  Electoral  Central,  el  enésimo  intento  de  las autoridades españolas de reprimir a la minoría nacional catalana

El Tribunal Supremo ha confirmado la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya de inhabilitar  al  presidente  catalán  Quim  Torra  por  haber  colgado  una  pancarta en  apoyo  de  los presos  políticos  catalanes en  época  de campaña  electoral.  Tres  de  los  cinco  magistrados  que tomaron la decisión también participaron en el juicio de 2019 contra los líderes civiles y políticos independentistas catalanes

La  Assemblea  Nacional  Catalana  denuncia  que  la  inhabilitación  del  presidente  Torra  es una nueva muestra del  abuso  de  las  autoridades  españolas  contra  la  minoría  nacional  catalana,  y una  falta  de  respeto  hacia  tratados  internacionales  como  el  Pacto  Internacional  de  Derechos Civiles y Políticos. Las autoridades españolas no pueden seguir predicando el cumplimiento del Estado    de    derecho    mientras    persiguen    y    encarcelan    a    representantes    elegidos democráticamente. El caso del presidente Torra es sólo uno de una larga lista de líderes electos catalanes  procesados  por  la  justicia  española,  una  injusticia  que  debe  ser  reconocida  y enmendada.

En  marzo  de  2020,  el Relator Especial de  Naciones  Unidas  sobre las minorías,  Fernand  de Varennes, denunció que la persecución judicial a los líderes independentistas catalanes, “tenía como objetivo intimidarlos en base a sus opiniones políticas”, y agregó que “España tiene una obligación  legal de proteger  los  derechos  de  la  minoría  catalana,  especialmente  en  lo  que respecta  a  la  libertad  de  expresión,  incluyendola  expresión  política,  así  como  la  libertad  de reunión y asociación, los derechos fundamentales y la participación en la vida pública ”. Su crítica se suma a las del Consejo de Europa, el Grupo de Trabajo de Naciones Unidas sobre Detenciones Arbitrarias  y  organizaciones  como Amnistía  Internacional,Human  Rights  Watchy  la  Comisión Internacional de Juristas, entre otros.

Una violación de la libertad de expresión y las garantías democráticas

El  caso tuvo  su  inicio durante  las  elecciones  municipales  de  marzo  de  2019,  cuando  la Junta Electoral Central consideró que los símbolos de solidaridad con los presos políticos catalanes-lazos amarillos y pancartas-colgados en los edificios de la Generalitat vulneraban la neutralidad institucional. A pesar de que los símbolos habían estado colgados desde de su encarcelamiento, no habían sido un punto de disputa hasta ese momento.

El  presidente  Torra  inicialmente  se  negó  a  retirarlos,  sobre  la  base  de  que  los  símbolos,  que denunciaban la naturaleza política del encarcelamiento de los líderes civiles y políticos catalanes, estaban dentro de la libertad de expresión. Añadió que colgar los símbolos era un acto político y, por tanto, estaba protegido por su inmunidad parlamentaria. A pesar de que finalmente se vio obligado a retirar los símbolos, la Fiscalía dio apoyo a dos querellas, que terminaron con la decisión en diciembre de 2019 de inhabilitar al presidente Torra durante 18 meses y una multa de 30.000 euros.

La Junta Electoral Central solicitó entonces la destitución inmediata de su cargo. Como órgano puramente   administrativo,   esta demanda   supuso   un   incumplimiento   de   las   garantías democráticas del  pueblo  catalán,  además  de  que  la  destitución  del  presidente  es  un  derecho reservado al Parlamento de Catalunya. Este tipo de comportamiento abusivo concuerda con el conocido “juicio del  Procés” contra  los  nueve  líderes  civiles y  políticos  catalanes  por  haber organizado un referéndum, tras pasar más de 2 años en prisión preventiva y ser condenados de 9 a 13 años de cárcel en medio de la indignación internacional. Además, uno de los miembros de la Junta Electoral Central que tomó parte en la decisión fue un jurista que también trabajaba para el partido nacionalista español Ciudadanos, como se reveló posteriormente.

En junio de 2020, el Tribunal Supremo español prohibió la exhibición de banderas"no oficiales" en  edificios  públicos,  rechazando  cualquier  vínculo  con  el  caso  del  presidente Torra  pero  con una  clara  intención  política  relacionada  con  el  movimiento  independentista  catalán.  Esta decisión  también  afecta  a  organizaciones  y  grupos  de  derechos  civiles  como  la  comunidad LGBTI+, ya que la bandera arcoíris no se considera oficial.

back to top