COMUNICADO: Tras un año de crueldad, la injusticia continúa. Hagamos efectiva la República catalana

Hoy hace un año que Oriol Junqueras y Quim Forn, respectivamente vicepresidente y conseller de Interior del Govern, están encerrados en un centro penitenciario en prisión preventiva, y precisamente hoy que se cumple el año de esta crueldad hemos conocido los escritos de acusación presentados tanto por parte de la Fiscalía –que acusa de rebelión y malversación a los presos y las presas políticos, con penas de hasta 25 años de cárcel e inhabilitación absoluta– como de la Abogacía del Estado. También hoy hemos sabido que la Fiscalía pide a Jordi Sánchez 17 años de cárcel y la inhabilitación absoluta por ser el presidente de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) cuando tuvo lugar el referéndum de autodeterminación del 1º de Octubre. Del mismo modo, se piden 17 años de càrcel y la inhabilitación absoluta para Carme Forcadell, presidenta del Parlament y expresidenta de la ANC, y 17 años de cárcel para Jordi Cuixart, presidente de Òmnium Cultural, entidad con la que hemos trabajado juntos en numerosas ocasiones.

Ante estos hechos, MANIFESTAMOS:

El escrito de acusación es una muestra de que el Estado español continúa enrocado en la represión política basada en hechos inventados, imputa delitos que no han sido cometidos y pide penas extremadamente graves. Recordemos que el Tribunal de Schleswig-Holstein desestimó los delitos de rebelión y de sedición para el presidente Carles Puigdemont, puesto que consideró que no se podía probar violencia en los hechos por los cuales se pretendía su extradición.

Un proceso político propio de regímenes autoritarios, que evidencia la no independencia del poder judicial y su implicación en una acción de estado antidemocrática contra la libre expresión de la disidencia política.

En la acción de la Fiscalía, que depende del Gobierno del Estado español, se evidencia que no ha habido ningún cambio de actitud y que continúa impulsando una operación de persecución política del independentismo, que siempre ha actuado políticamente, por vías democráticas y no-violentas.

Ante tal acusación, denunciamos este proceso antidemocrático, exigimos el sobreseimiento y el archivo de todos los procesos abiertos y, por tanto, la libertad de todos los procesados, así como el libre retorno de las personas exiliadas.

También denunciamos ante la comunidad internacional, y en especial ante los pueblos de Europa, la vulneración por parte del Estado español de los derechos humanos de los presos y las presas políticos procesados en esta causa y en el conjunto de procesos abiertos contra la ciudadanía que vulneren los derechos fundamentales que garantizan las libertades y la libre acción política, la soberanía del Parlament y la acción de los diputados y diputadas en virtud del mandato que la ciudadanía les otorgó al ser elegidos. Desde la ANC nos comprometemos a denunciar toda vulneración de libertades y de los derechos de los ciudadanos a participar en los asuntos públicos, directamente o por medio de representantes libremente escogidos en elecciones por sufragio universal.

La farsa que representa este proceso judicial, que va desde la prisión preventiva hasta la que será la sentencia de este juicio injusto, demuestra que solo conseguiremos la libertad de los presos y las presas políticos, las personas procesadas y exiliadas, y establecer un estado de derecho donde se garanticen las libertades y derechos fundamentales, construyendo la República catalana.

Hacer efectivo el mandato del 1º de octubre y consolidar la República catalana es lo que nos garantizará un estado que respetará los derechos civiles y políticos de toda la ciudadanía, incluida la disidencia política. Ello demuestra cuán urgente es que el independentismo establezca una estrategia conjunta para aplicarlo. Y anunciamos que no nos detendremos ante esta crueldad y que llevaremos a cabo una campaña de denuncia nacional e internacional de este «juicio», que incluirá movilizaciones simultáneas no solamente en Cataluña sino también en las principales capitales europeas.

Así pues, debemos iniciar un proceso definitivo, para decir alto y claro, a España, a Europa y al mundo, que el pueblo de Cataluña no acepta ni aceptará más esta humillación y sometimiento a un estado demofóbico. Y que necesitamos toda su fuerza y determinación para acompañarnos en la movilización constante para la implementación efectiva de nuestra independencia.