Historia

Una antigua nación desde el siglo IX

1. La llegada de la cultura occidental: griegos y romanos

Los griegos llegaron al territorio que hoy es Cataluña en el siglo VI a.C. Fundaron dos ciudades, Rhode (Roses) y Emporion (Empúries), y difundieron la base de la cultura occidental: es decir, sus valores y sus ideas sociales y políticas para organizar la sociedad. Después, entre los siglos V y III a.C. fueron los romanos quienes les suplantaron y organizaron el territorio, crearon infraestructuras y establecieron ciudades tales como Tarraco (Tarragona) y Barcino (Barcelona). La importancia del legado romano es obvio en muchos aspectos. Por ejemplo, la lengua catalana tiene sus orígenes en el latín hablado por los romanos, al igual que el italiano, el español, el francés y el portugués.

Empúries
Empúries

2. La fundación de Cataluña

Considerado el fundador de Cataluña, el noble conde Guifré el Pilós (Wifredo el Velloso) es una figura histórica. Al final del siglo IX, Guifré consiguió establecer un territorio entre los Pirineos y el mar, con capital en Barcelona. Esta fue la base de lo que más tarde sería el futuro estado soberano de Cataluña. Hacia finales del siglo X, los condados catalanes cesaron de trasferir impuestos a los reyes francos y, así, se independizaron completamente.

3. Tradición parlamentaria

Durante el siglo XI, ya existía una forma primitiva de estructura parlamentaria en Cataluña: la Assamblea de Pau i Treva (Asamblea de paz y tregua). Formada por campesinos y clérigos, su objetivo era el de limitar los poderes de los condes feudales. Algunos años más tarde, en 1283, se creó uno de los parlamentos más antiguos del mundo, Les Corts Catalanes, con un sistema de establecer de pactos que prohibía al rey promulgar constituciones o recaudar impuestos generales sin la autorización de los tres estamentos: el militar, la iglesia y la nobleza. Su misión era, entre otras, controlar las decisiones tomadas por el rey en cuestiones de impuestos. En 1359 se creó una nueva institución, la Diputació del General, con el objetivo de recaudar los impuestos –denominados “generalitats”– aprobados por Les Corts, el embrión de lo que hoy es la Generalitat.

4. La Corona de Aragón: Un poder marítimo floreciente

The Crown of Aragon in the Middle Ages
La Corona de Aragón en la edad media

En 1162, Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona, se casó con la princesa Peronella de Aragón, de modo que se creó la Corona de Aragón. Durante este periodo, una asamblea conocida como las Cortes Generales de Cataluña, limitó el poder del rey. Entre los siglos XII y XV, la Corona de Aragón expandió su territorio hacia Mallorca, Valencia, Sicilia, Cerdeña, Nápoles e incluso hasta Atenas. Se convirtió en un poderoso imperio militar y comercial administrado desde Barcelona como una confederación en que cada estado tenía sus propias regulaciones. Se creó el Consulado de Mar, una institución pionera en la administración de la ley en temas marítimos y comerciales. Los documentos de dicha institución constituyeron el código que rigió las transacciones en el mar Mediterráneo durante muchos años.

5. La unión dinástica entre Castilla y Aragón

Isabel I de Castilla y Fernando de Aragón contrajeron matrimonio en 1469 y unieron sus dos reinos en una sola confederación. Los monarcas hispánicos tenían que jurar respeto a las normas, constituciones e instituciones de Castilla y a las de los distintos territorios que conformaban la Corona de Aragón.

6. La primera República catalana, la Guerra de los Segadores, y el Tratado de los Pirineos

En 1640 el rey Felipe IV obligó a los campesinos catalanes a alojar a las tropas españolas que estaban luchando contra el rey francés Luís XIII. Los campesinos, enojados con el trato que recibían, se rebelaron contra el rey español en la Guerra de los Segadores (Guerra dels Segadors), que conllevó que algunos reconocidos nobles catalanes acabaran en prisión. La Generalitat, dirigida entonces por el clérigo Pau Claris, estableció la República Catalana, protegida por Francia, pero tuvo una vida corta, ya que duró solo unos meses. Al mismo tiempo, Portugal se benefició del alzamiento y se separó de lo que hoy conocemos como España. En 1659, el Tratado de los Pirineos entre Francia y España implicó la pérdida de parte de los territorios catalanes –Rosellón, Conflent y parte de la Cerdaña– al entregarlos a Luís XIV (hoy constituyen el territorio francés denominado Département des Pyrénées Orientales).

7. Año 1714: fin del Estado catalán

La Guerra de Sucesión Española (1701-1715) es considerada uno de los primeros conflictos bélicos globales. Además de la sucesión de la corona hispana, también existía la cuestión del equilibrio de poder entre las diferentes potencias europeas.

Dentro de los reinos hispánicos, la Corona de Castilla apoyó a Felipe de Borbón, mientras que los estados de la Corona de Aragón (Principado de Cataluña, Reino de Valencia, Reino de Aragón y Reino de Mallorca) se alinearon con el pretendiente al trono Carlos de Austria, que ofreció mantener las libertades tradicionales. Por este motivo, el triunfo de Felipe de Borbón (Felipe V de Castilla y IV de Aragón), heredero del centralismo francés, significó el fin de los derechos y privilegios de los reinos de la Corona de Aragón, que fueron uniformizados conforme a las leyes de Castilla.

Con la caída de Barcelona, el 11 de septiembre de 1714, Cataluña perdió las instituciones de gobierno que había mantenido desde la Edad Media. En 1716, con el Decreto de Nueva Planta, el rey Felipe V de Borbón las anuló legalmente y sometió a Cataluña a las leyes del poder central, lo cual supuso una gran represión contra la cultura, la lengua y las tradiciones de los catalanes y prosiguió durante sucesivos reinados y dictaduras.

8. Napoleón y Cataluña

Napoleon and Catalonia
Napoleón y Cataluña

Durante las guerras napoleónicas, las tropas españolas y francesas lucharon las unas contra las otras en el trascurso de varios años. En un momento determinado, en 1810, Napoleón permitió que Cataluña proclamase una República independiente bajo su tutela. Pero fue un periodo variable, y en 1812 Napoleón incorporó a Cataluña como parte de su imperio. Finalmente, Cataluña se convirtió nuevamente en parte del Reino de España en 1814, tras la derrota de los franceses.

9. La recuperación de la consciencia nacional: la Renaixença

Durante el siglo XIX, un movimiento cultural conocido como la Renaixença (Renacimiento) promovió la lengua catalana, el arte y la arquitectura, con Antoni Gaudí como máximo representante. Los intelectuales, escritores y artistas se sentían orgullosos de la cultura catalana y presentaban sus obras en catalán. En paralelo a la revolución industrial catalana, la Renaixença fue uno de los motores de propulsión del catalanismo durante todo el siglo XIX.

10. Recuperar la unidad: la Mancomunitat

A principios del siglo XX, Cataluña recobró su sistema administrativo unitario y un cierto grado de autogobierno. El líder regional de Barcelona, Enric Prat de la Riba, impulsó el restablecimiento de una institución única que coordinara las decisiones entre las cuatro provincias catalanas y en 1914 se estableció la Mancomunitat. Fue abolida once años más tarde, en 1925, por el dictador español José Antonio Primo de Rivera.

11. Macià proclama la República Catalana

En 1931, las elecciones locales fueron ganadas por el partido de izquierdas Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). El líder del partido, Francesc Macià, proclamó la República de Cataluña, de muy corta vida. Tres días más tarde, acordó, junto con la recién estrenada República Española, el establecimiento de un gobierno autónomo para Cataluña, con el nombre de Generalitat. Forzado por estas circunstancias, el rey español Alfonso XIII de Borbón había marchado al exilio.

The proclamation of the Republic by President Macià in 1931
La proclamación de la República por el Presidente Macià en 1931

12. El golpe militar de Franco y la Guerra Civil Española

La Guerra Civil Española (17 de julio de 1936 – 1 de abril de 1939) enfrentó al gobierno democrático de la Segunda República Española con una parte del ejército y con organizaciones fascistas. La guerra comenzó con un golpe militar encabezado por el general Francisco Franco, el 17 de julio de 1936, que al día siguiente se extendió por todo el Estado. La derrota inicial de los golpistas en los principales centros industriales, en Madrid y en las capitales mediterráneas, dio paso a una larga y sangrienta guerra que causó la muerte a 500.000 personas. Se ha estimado que medio millón de catalanes cruzaron la frontera francesa; algunos regresaron, otros se quedaron allí, otros se exiliaron, fundamentalmente a México, y muchos encontraron la muerte en campos de concentración o en la nueva guerra mundial que estaba a punto de estallar. La represión que llegó a Cataluña con la dictadura del general Francisco Franco conllevó ejecuciones, humillaciones personales y familiares, saqueos económicos y la existencia de ciudadanos de segunda clase, con deberes, pero sin derechos. 4.000 catalanes fueron ejecutados de forma arbitraria y sistemática en Cataluña por la dictadura.

13. Un largo periodo de dictadura fascista

Catalans forced into exile in 1939
Catalanes forzados en el exilio en 1939

En febrero de 1939 después de la derrota de la República, 500.000 personas (200.000 de ellas eran catalanas) fueron obligadas a exiliarse y muchas ya no volvieron jamás. Lluís Companys, presidente del Gobierno catalán, fue ejecutado en 1940 en manos de un pelotón de fusilamiento, un caso único entre presidentes electos en la historia de Europa. El general Francisco Franco impuso una dictadura fascista que duró casi 40 años. Suprimió los partidos políticos y todos los derechos democráticos, como la libertad de expresión y la libertad de asociación. En Cataluña, el régimen de Franco fue especialmente violento y abolió el Estatuto de Autonomía y la Generalitat. La lengua catalana y los símbolos fueron prohibidos en todos los sectores públicos, en las escuelas y en los libros.

14. La transición hacia la democracia: la reinstauración de la Generalitat

A principios de los años 70 del siglo XX, fueron incrementándose las reivindicaciones de una democracia y un autogobierno entre grupos de trabajadores y estudiantes. Sin embargo, la dictadura de Franco demostró que no estaba abierta al cambio. Los activistas eran sentenciados a muerte y ejecutados –como ocurrió en el caso del anarquista catalán Salvador Puig Antich, en 1974. La dictadura finalmente terminó con la muerte de Franco, en 1975. Durante el periodo de transición siguiente, la sociedad civil catalana se movilizó para que se oyera su voz –la primera manifestación después de la muerte de Franco en 1977 fue enorme, con más de un millón de personas manifestándose por las calles de Barcelona pidiendo libertad, amnistía y un nuevo Estatuto de Autonomía. Antes de que se aprobara la nueva Constitución española, Josep Tarradellas, el presidente de la Generalitat elegido en el exilio, regresó a Catalunya el 23 de octubre de 1977, reinstauró la Generalitat y puso en marcha un gobierno provisional. El Estatuto de Autonomía fue promulgado el 18 de septiembre de 1979.

15. La hora de un nuevo pacto

Desde la restauración de la democracia en España y la devolución de un autogobierno limitado para Cataluña, los principales partidos políticos catalanes siempre han apoyado cualquier esfuerzo por consolidar la democracia y modernizar el Estado español, tanto social como económicamente. Su implicación en la gobernación de España fue evidente cuando dieron apoyo a diferentes gobiernos de minorías en Madrid, especialmente cuando se enfrontaron a grandes retos como el acceso a la UE o al euro. En 2004, cuando la democracia española ya se veía como plenamente consolidada y el país destacaba por ser uno de los mejores ejemplos de la UE de éxito social y económico, el 90 % de los miembros del Parlamento catalán propusieron reformar su Estatuto de autonomía con el fin de consolidar el autogobierno de Cataluña y encontrar, finalmente, un encaje apropiado para Cataluña dentro del Estado Español. La falta de una respuesta apropiada por parte de los mayores partidos políticos españoles a esta propuesta es probablemente la razón principal de por qué hoy en día muchos catalanes estén pidiendo un nuevo pacto.

16. Estatuto de autonomía diezmado por los tribunales españoles y comienzo del conflicto para la autodeterminación

En 2010, el Tribunal Constitucional español dictó una sentencia histórica que, sin darse cuenta, sentó las bases para el referéndum sobre la independencia de Cataluña celebrado el 1 de octubre de 2017.

Sobre la mesa estaba el Estatuto de autonomía de Cataluña de 2006, una ley aprobada primero por la comunidad autónoma, luego aprobada por el Parlamento español y posteriormente ratificada en referéndum por los votantes catalanes. Casi de inmediato, el Partido Popular, el grupo de centro-derecha que entonces estaba en la oposición, impugnó el Estatuto (en aquel entonces, el Parlamento estaba dominado por los socialistas) ante el Tribunal Constitucional. Dicho Tribunal, el órgano superior de España para asuntos relacionados con la constitucionalidad de las leyes, deliberó sobre este Estatuto durante los próximos cuatro años. Y su fallo, de 28 de junio, a primera vista, parecía inofensivo: de los 223 artículos del Estatuto, el Tribunal anuló 14 y recortó otros 27. Entre otras cosas, anuló la intención de otorgar un rango preferente, en esa comunidad autónoma, a la lengua catalana, que goza de rasgos característicos, sobre la lengua castellana; declaró inconstitucional el poder autonómico sobre tribunales y jueces; y manifestó: «La interpretación de las referencias a «Cataluña como nación» y a «la realidad nacional de Cataluña» en el preámbulo del Estatuto de Autonomía de Cataluña no tiene ningún efecto legal.»

Los hechos subsiguientes se detallan en la cronología respecto del conflicto de autodeterminación..